lunes, 4 de octubre de 2010

COMUNICACIÓN Y MERCADO DE TRABAJO: Práctica 3

Y ahora… ¿Cómo entrar…y no naufragar en el mercado laboral?

Llega para muchos el último año de carrera y llega también la incertidumbre y el bombardeo de información sobre lo que nos puede deparar el futuro. Lo que deberíamos hacer, hacia dónde debemos dirigir nuestros esfuerzos e intereses, si estaremos aquí o allí…si alguien se apiadará de nosotros y nos pagará más del salario mínimo interprofesional o incluso si tendremos la oportunidad de que alguien llegue a contratarnos. Son cientos de dudas, que imagino, habrán pasado por alguna cabeza más que por la mía. Pero entre tanta duda e información, otra parte de mi cree que, pese a toda la situación que ya todos conocemos, es imposible que todo sea tan negro, me niego a pensar y a dar la razón a aquellos que dicen que somos una generación perdida.

Como es mi caso, me centraré en los profesionales de la comunicación y la publicidad, y si, es cierto que no lo tenemos fácil, que tenemos que buscar y buscar, ser pacientes y tenaces, responsables, emprendedores, con alta capacidad de innovación, flexibles a los cambios y con aptitudes de adaptación, trabajar en equipo, estar dispuestos en cualquier momento, tener ganas de aprender, trabajar y de hacer cientos de cosas nuevas, además de no quedarnos dormidos ni un solo momento, pues podríamos dejar pasar por delante de nosotros una oportunidad… muy digna de valorar. Creo que cualquier estudiante que proceda a su inserción en el mundo laboral, no sólo debe tener todo lo anterior, sino que debe tener un alto grado de competitividad, siempre desde una óptica sana y no dañina ni para nosotros mismos, ni por supuesto, que esto pueda acarrear consecuencias para la empresa para la que trabajemos. Me refiero a la competitividad para mejorar, para desarrollar nuestras actividades y diferenciarnos del resto con nuestro trabajo, valores y principios.

Creo que algo muy importante es tener iniciativa en todo lo que se nos presente, no quedarnos parados ante nada, pese a la niebla que muchas veces el miedo causa delante de nuestros ojos, hay que seguir evolucionando, y si algo sale mal, después de la decepción está el aprendizaje y la experiencia para aprovechar y saber valorar con mejores perspectivas las oportunidades que detrás vendrán. Creo además, que hacen falta muchos jóvenes emprendedores, con ganas trabajar en algo que, sobre todo, les guste, jóvenes con ganas de dar trabajo a más gente, de involucrarse con sus empleados y trabajar como una organización unida y con un fin común.
Destacar como algo crucial, tener conocimiento sobre el mercado de trabajo, saber en todo momento lo que está pasando y a lo que nos estamos exponiendo, ya que creo, que de esta forma podremos responder a las necesidades laborales en cada momento, partiendo lógicamente de unas habilidades adquiridas, puestas en práctica y constantemente ampliadas, sin quedarnos atrás por ignorantes.

No sé si mis palabras suenan a ingenuidad, pero hasta que no ocurra algo que me demuestre lo contrario, sigo pensando que si que es posible trabajar en algo que realmente nos satisfaga y nos haga felices, siempre habrán pros y contras, pero creo que  lo importante es mentalizarse de ello, sacar el lado positivo y luchar por aquello que no creamos justo.
Repito que ciertamente las cosas no son fáciles, pero seguramente muchos de nuestros padres lo tuvieron mucho más difícil y con menos oportunidades de las hemos tenido y tenemos nosotros.

1 comentario:

  1. Tus palabras pueden sonar a ingenuidad para un acomodado, pero en absoluto para una persona emprendedora. ¡Ese es el espíritu!

    Toda época tiene sus dificultades, como comentas. Si ellos no se rindieron, ¿vamos a hacerlo ahora nosotr@s?

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